Según propone Jose Luis Gardón en una carta al director, publicada en el diario El País, los ejercicios orales de las oposiciones deberían grabarse, como en los juicios. Los aspirantes podrían acceder a una copia de la grabación, para ver si les merece la pena reclamar. Y los enchufados quedarían en evidencia.
Según cuenta el auto, en su experiencia como abogado, antes de las grabaciones de los juicios era frecuente impugnar el acta de la vista oral, con los problemas que traía consigo. Esto ocurría antes de entrar en vigor la la Ley 1/2000,
Además de las ventajas de imparcialidad, las videograbaciones sería un material de apoyo muy útil para la formación práctica de los opositores, con el permiso o remuneración correspondiente de los autores, por supuesto.
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