Comentarios a las quince leyendas urbanas de oposiciones a cuerpos superiores (Blog de Sevach) (XVI)

DECIMOQUINTA.- Cuando apruebes y seas funcionario, cobrarás mucho, mandarás más y serás feliz. Falso. La felicidad es otra cosa, menos terrenal y más íntima, pero desde luego que un puesto de trabajo estable ayuda, y mucho. Los que toman posesión de un puesto de trabajo tras la oposición, saben o debieran saber que les esperan tiempos difíciles o al menos agridulces. Todo el mundo sabe las tres etapas del funcionario: Sancho el Bravo (se cree que domina el mundo de la Administración y sabe como corregir los errores), Sancho el Fuerte (aprende a sobrevivir entre políticos y ciudadanos quejosos, y entre sus propios compañeros) y Sancho Panza (atesora sabiduría pero se toma la vida con tranquilidad y paciencia).

Nuestra opinión: como bien dice Sevach, la felicidad es otra cosa. Y ésta depende del ámbito íntimo de cada persona, aunque, no cabe duda, que un empleo estable contribuye a ella. Lo de cobrar mucho, pues que va a ser que no. No destaca la Administración precisamente por la generosidad salarial, aunque no cabe duda que se perdona el bollo por el coscorrón y otras cosas compensan más, como la estabilidad, flexibilidad horaria, vacaciones íntegras, y por que no decirlo, la satisfacción del servicio público. Además, el ascenso en la Administración no es que sea lento, es que es lentísimo. En ella, no te harás rico, pero tampoco pasarás hambre.


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