NÚMEROS, NÚMEROS

Es lo primero que se piensa a la hora de realizar una oposición. Su nombre ya lo dice todo, será un ejercicio de oposición entre varios candidatos. Dado que una oposición no es como un examen ordinario, que aprobándole sin más se consigue superar, es muy importante conocer el número de plazas convocadas.

Una vez que se conoce el número de plazas convocadas, interesa saber que número de opositores se van a presentar y, sobre todo, como van a ir de preparados.

Nuestra opinión es la siguiente: eso es poco importante, lo importante es ir muy bien preparado. No obstante, hablaremos de números.

En el número de plazas convocadas influyen:

- La importancia y oportunidad de esas plazas: la crisis del aceite de colza aumentó la oferta de plazas relacionadas con la inspección alimentaria.

- La doctrina política sobre el sector público: normalmente las Administraciones en la que gobiernan partidos de izquierda suelen convocar más plazas que en las que gobiernan los partidos de derechas. Esto es muy discutible y no siempre se cumple.

- El oportunismo electoral: se suelen convocar más plazas en las proximidades de una consulta electoral, con el fin de crear un ambiente más favorable al partido gobernante. También es muy discutible y no siempre se cumple.

En el número de opositores inscritos influye:

- Los requisitos de la propia convocatoria: no es lo mismo que se exiga el graduado escolar a exigir un título específico.

- El número de titulados: en las oposiciones en las que se exige un título académico.

- El tipo de examen: es mucho mayor cuando el examen es tipo test que en otros tipos de examen.

- El número de plazas convocadas: la inscripción es mucho mayor cuanto mayor sea el número de plazas.

Tendríamos que hablar de aquí de la Ley del cuarto, ley meramente orientativa, basada más que en la Ciencia, en la sabiduría popular, pero que frecuentemente se cumple. Esta ley dice lo siguiente:

- La mitad de los opositores admitidos no se presenta al examen.

- La mitad de los que se presentan no van bien preparados.

Con lo cual el número de opositores a considerar serían la cuarta parte de los que figuran en la lista de admitidos.

Algunos casos en que esta ley no se cumple:

- Oposiciones en las que se exige un grandísimo esfuerzo, tan sólo para superar el examen, como notarios, letrados del Consejo de Estado, etc. Quien se presenta a esta oposición ya sabe a lo que se enfrenta y ya sabe que si no va bien preparado está perdiendo el tiempo.

- Oposiciones en que los exámenes son de tipo test: se apuntan muchísimos y se presentan muchísimos, pensando que la suerte les va a sonreír.

Aprovechamos esto para decir que los exámenes tipo test son auténticas trampas y encerronas, frecuentemente mucho más difíciles que los de desarrollo, en los que el opositor se puede lucir. El buen opositor debe sentirse muy desconfiado con los exámenes tipo test.

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